lunes, 1 de junio de 2009

Por el amor irracional

¡Maldición! Otra vez tengo ganas de ir al baño. Tal vez deba parar un poco con la cerveza pero… ¿qué más podría hacer? Llevo casi una hora esperándola y la verdad ya no estoy seguro de que venga. ¡Ah! Lo que me faltaba, la puerta del baño está cerrada. ¿Y si entro al de mujeres? No… no me atrevo, qué tal si alguien entra y me hace un escándalo.

¿Habrá llegado?... Por lo visto no.

–Me trae otra cerveza por favor.

Si no viene en quince minutos me voy. Qué pena, tendrá que presentarme a su novio en otra ocasión. Realmente no entiendo a las mujeres. Con lo mucho que insistió para que viniera. Pensar que hasta hace poco ni siquiera lo mencionaba. Cada vez que le preguntaba sobre él me cambiaba el tema y se hacía la loca, como si ocultara algún misterio. Tal vez no quería herir mis sentimientos pero eso no tiene sentido, ella sabía claramente que lo de nuestra separación era un tema superado. Quizás piense que él es mejor hombre que yo, eso si me dolería. ¿Será más guapo? ¿Tendrá más plata? Seguramente viste de traje y habla por celular sobre negocios y cosas así. ¡Oh Dios mío! Debe ser mejor que yo en la cama.

-Menos mal que llegaste porque estaba a punto de irme

-Hola, disculpa el retraso, es que surgió algo y…

-No importa… ¿Viniste sola? Pensé que traías a tu novio.

-Vine con él, solo que se encontró un amigo allá afuera, ya mismo viene.

-Ah…

… Que silencio tan incómodo. Tal vez debería pedir otra cerveza.

Oh no… ya empezó con las lamentaciones. Es increíble que se queje todo el tiempo. No lo entiendo, como si uno pudiera hacer algo respecto al calor, a que se le rompió una uña, al dolor de barriga o a la falta de parqueaderos. Esa mala costumbre que tienen las mujeres las hace ver tan aburridas. Si todas fueran como esa rubia hermosa que acaba de entrar y que capta la atención de todas las miradas. ¡Qué maravilla de cuerpo! No cabe duda que esas falditas diminutas me vuelven loco. Parece que viene para acá. Como me gustaría llevármela a mi casa y…

-Hola, qué tal.

-Mi amor, ¿por qué tardaste tanto?, mira… te presento a Miguel… Miguel, él es Ginger.

-¿Él?... Lo siento, no entiendo nada.

-No te compliques, en realidad Ginger es mi nombre artístico. Si prefieres puedes llamarme Emilio aunque casi nadie me conoce así.

Tonto, tonto. Pero como no me di cuenta. Deben estar pensando que soy un verdadero idiota o un anticuado de mente cuadrada. A quien engaño, seguro que se están riendo de mí. Debo hacer algo al respecto, no puedo quedarme callado.

-Eh… bueno, entonces te llamaré Ginger, como lo hace todo el mundo.

-Qué alivio, solo mi madre me llama Emilio. Te juro que se me hubiera hecho súper raro.

-Bien, ya que superamos el ligero detalle del nombre, qué tal si me cuentan cómo se conocieron.

-Bueno, la verdad es que cuando tú y yo terminamos me sentía como encerrada en un mundo sordo y desenfocado. Supongo que te acuerdas que en esa época casi no salíamos. Las únicas experiencias que tenía eran las de los libros y las películas. Por eso me fui de casa. Decidí escapar, dejar atrás la monotonía. Estaba cansada de esperar por algo que ni siquiera sabía lo que era. Yo sé que no fue culpa tuya. Que no hacías más que trabajar y preocuparte de que no me faltara nada. Lo extraño es que me fui precisamente para buscar aquello que me hacía falta...

-Tranquila, jamás me sentí culpable.

-Lo sé pero igual, a veces pienso que….

-Mejor olvídalo y sigue contando.

-Fue una noche, al salir de la oficina. Recuerdo que llovía como si el cielo se viniera abajo y el viento sacudía las ventanas. Una de mis amigas hizo la propuesta de ir a un club de Drag queens cuando lo más sensato era ir a casa. Por supuesto que todas aceptamos. En menos de una hora estábamos tomando tequilas en el Fantasy Club, remplazando el sonido aterrador de la tormenta por música electrónica. Había mucho humo, luces de colores, murmullos, risas, carcajadas. Era la primera vez que entraba a un lugar como ese. Tal vez por eso todo me parecía tan extraño y a la vez tan encantador.

De pronto empezó el espectáculo y las luces se dirigieron hacia el escenario. Fue en ese momento cuando lo vi por primera vez. Llevaba un traje de plumas y lentejuelas, un sombrero que parecía la corona de una reina y unos zapatos de plataforma que hacían que parezca varios centímetros más alto. Quedé extasiada, con la boca abierta como si tuviera frente a mí a un ídolo profano. Un bello ser mitológico del cual me era difícil apartar la mirada. Bailaba de tal manera que hacía que mis sentidos se descontrolaran. De un momento a otro, con un movimiento inesperado, se arrancó el vestido dejando su cuerpo en evidencia. Estaba tan cerca, a unos escasos metros y yo aún no podía descifrar el verdadero motivo de su encanto. Tal vez era su carisma o esa ambigüedad inusitada que proyectaba su imagen. Lo único que sé es que me dejó fascinada.

Hice lo imposible para conocerlo después del show. Me lo presentó el dueño del establecimiento que era amigo de una de mis compañeras. Conversamos durante horas, bromeamos, bebimos, cantamos. Luego fuimos hasta su casa donde inevitablemente la tempestad se hizo mucho más fuerte...

-Mi amor, tal vez no deberías ser tan explícita.

-Lo siento, es que aún me emociona recordarlo.

-Lo sé cariño, siempre te inspiras cuando lo cuentas.

-A mi me parece una historia un poco inusual, pero si son felices los felicito

-Què tal si brindamos por el amor de una pareja en la que ambos usan brassier.

-¡Eso suena tan poco racional!

-Entonces brindemos por el amor irracional.

-¡Salud! ¡salud!

-Ginger, acompañame al baño que me hago piss.

- Claro ¿Miguel, no te importa que te dejemos solo un instante?

-No hay problema.

Debería pedir otra cerveza. No... mejor no...Vaya, qué extraña es la vida. Un día te enamoras y formas un hogar con una chica y al día siguiente la vez entrar al baño de mujeres con su novio travesti. Aunque pensándolo bien ¿qué tiene de raro? !Ah!, ahora entiendo por qué está con él y no conmigo. Simplemente porque él va con ella a todos lados, incluso donde yo jamás me atreví a entrar.

7 comentarios:

La Chica del arete rosa dijo...

Creo que has llevado acabo una tarea sumamente dificil al no incluir narrador, y te felicito por dejar que los personajes lleven la narración con sus propias voces, pues no es una forma fácil de contar la historia. En cuanto a la historia, está bien llevada, es irracional como dice el titulo y resulta divertida para cualquiera. Me encanta el final, remate circular.

Unknown dijo...

Todos las voces de los personajes están muy bien logradas. Me encanta el tono del muchacho... Los pensamientos interrumpidos por los díalogos. El párrafo del discurso interno cuando la chica se lamenta. Puedo imáginarmelo todo, a todos. Excelente el "Tranquila, jamás me sentí culpable." Para mí eso explica la descripción eterna del día de que se conoció al otro; aunque cuando lo leí por primera vez me pareció un poquito forzada. Me gustó mucho.

Carol Arosemena dijo...

Me gustó mucho el manejo de los personajes dentro de toda la complejidad que abarcan logras mostrarlos de una manera muy sencilla, de tal forma que es fácil de seguir el ritmo de la historia. Es muy interesante el uso del monólogo interior así das la oportunidad de conocer al personaje. La historia es muy buena y del final me encantó el hecho de que él reflexione sobre sus antigua relación con algo de humor, algo que está presente a lo largo de todo el relato. Solo hay una cosa que me molestó, la parte en que hablas de "las estructuras de las ventanas" creo que podrías dejar sólo "ventanas" le quita tanta seriedad y va más con el tono de la chica.

Christian Armijo dijo...

Es un excelente cuento Ramón, como en los anteriores comentarios debo destacar lo difícil que es hacer una narración solo con diálogos pero lo has hecho. Eso si lo único que cambiaria es esa descripción de las ventanas, pero realmente un cuento excelente.

Escribidor dijo...

Desde el título me parece que está bien logrado: lo tomas del mismo relato y define muy bien la naturaleza de esa relación amorosa.
Está bien usado el monólogo interior, así como el tono del personaje que lo hace posible. El relato se desarrolla con fluidez.
Lo único que me causa incomodidad es no saber a veces quién está hablando en los diálogos, pero eso forma parte del efecto que se pretende conseguir.

Unknown dijo...

Me agrada bastante la historia. La instrospección del narrador personaje la hace más verosímil conforme el relato avanza. Además, el tono irónico del remate al final del cuento le da un aire burlesco que liga al lector con el narrador y se solidarice con él. La parte del diálogo me resulta muy confusa. Cualquiera de los tres pudo haber dicho cualquiera de esas frases y no se entiende quién dice qué o en qué tono exactamente se emiten los comentarios.

david dijo...

Es uno de tus mejores textos: tiene el gran merito de lograr una diegesis clara sin la presencia de un narrador, parafraseando a Cris, podría decirse que hay los diálogos son los engranajes que hacen progresar la cadena de hechos. Está también cool el tono cómico, sigue así.

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