lunes, 3 de agosto de 2009

El Deslumbramiento de las Almas


Sus pasos retumbaban contra las paredes del salón en el Museo Municipal. Marcos Lopez era un artista reconocido aunque muy poco valorado por la comunidad. En realidad, su reconocimiento se debía a su carácter emprendedor y su persistencia. Creía siempre tener ideas fabulosas, únicas, revolucionarias. Estaba realmente convensido de que su ingenio y creatividad le habían sido otorgados como un don natural que le permitía ver más allá que el resto de los mortales. Sin embargo, inexplicablemente, ninguna de sus obras había recibido el favor de la crítica. Cada vez que intentaba alcanzar la cima, se precipitaba estrepitósamente. Iba de tumbo en tumbo, de fracaso en fracaso. Por eso, esa noche era tan importante. Todos los recuerdos acumulados en el transcurso de ese tiempo habían de desembocar en aquel instante mientras caminaba por los amplios pasillos, afinando los últimos detalles de la Muestra artística más grandiosa, más reveladora y más controversial de la historia.

Lo que realmente le preocupaba eran los acontecimientos que podrían sucintarse en caso de que la gente no comprendiera el verdadero concepto de la obra. El asunto podría resultar tan grave que incluso corría el riesgo de tener que pagar las consecuencias con su propia vida. Tal vez el mundo no estaría listo.
Aún faltaban diez minutos y todo estaba listo. Encendió las luces del Museo que hasta entonces había permanecido en la penumbra. Era un lugar infinitamente amplio. Impregnado de un aroma sepulcral y húmedo. Las telas que cubrían cada una de las obras habían sido retiradas. Solo quedaba esperar que el reloj marque las nueve para que las puertas se abran y la gente, que hace más de una hora esperaba en exterior del edificio, pueda pasar.

Cuando llegó el momento, la multitud colmó el sitio de tal manera que tuvieron ubicarse uno tras otro, haciendo fila, para iniciar el recorrido. Marcos, en persona, fue el encargado de dirigir al grupo y de proveerles de la información necesaria. Mientras caminaba les iba explicando: “A su derecha pueden observar catorce cerebros humanos, sumergidos en un líquido compuesto de sales de Litio y Tecnecio lo cual permite que sus tejidos se mantengan intáctos al igual que su funcionamiento”
La gente respondió con asombro. El líquido en el que se encontraban sumergidos los órganos tenía un color distinto para cada uno, lo cual le daba un toque particular a todas las piezas. Se podía escuchar los murmullos de la gente que discutía sobre la postura estética que debían adoptar frente a tales objetos. Cada uno interpretaba a su manera el pequeño título con que el autor había nombrado a cada elemento de la muestra: "Alcalaca" "Planeando sobre el plateado" "hambre reciclada" "Alerta el miedo"

Continuaron por el segundo pasillo donde había catorce cápsulas de vidrio. Cada una tenía dentro el cuerpo de un niño con la cabeza destapada y los ojos abiertos. Lo increíble era que, al igual que sus cerebros, los cuerpos continuaban con vida. “Como podrán ver, cada cuerpo corresponde al cerebro según su color. A la izquierda de cada cabina hay una pantalla que muestra los latidos y la presión arterial.” No había duda de que lo que estaban viendo era algo desconcertante. A través de los ojos de las criaturas se podía percibir su estado de ánimo. Detrás de los cristales parecían ángeles de mirada profunda y pura.

Finalmente llegaron al tercer pasillo donde se encontraba la parte más asombrosa de la exhibición. Se trataba del mismo número de frascos de distintos colores donde flotaban como soplo de nube, las almas de los niños. Parecían danzar en aquel pequeño espacio. Giraban sobre sí mismas proyectando la luz como en un prisma que llenaba toda la sala con mil colores. La gente, atónita por aquella extraordinaria obra colmó el sitio con aplausos y felicitaciones dirigidas al Artista.

Marcos saboreó la gloria. Recibió con gesto de falsa humildad cada palabra de congratulación. Nadie podía creer lo que había visto. Todo el mundo parecía haber entrado en un estado de catarsis, como si la vida se hubiera iniciado con más intensidad luego del deslumbramiento de las almas.

1 comentarios:

La Chica del arete rosa dijo...

Te dejé en tu email un archivo word con comentarios...ábrelo, leelo y dime lo que piensas.

Publicar un comentario