lunes, 24 de agosto de 2009

Yo no he sido


Aún en la oscuridad estoy siendo trasladado por dos policías hacia algún lugar que desconozco. Escucho el quejido de una puerta que se abre y soy lanzado al interior de una habitación. Apenas logro incorporarme recibo un golpe fortísimo en el estómago y oigo los insultos que descargan en mi contra. Me sientan en una silla, me toman del cabello y golpean mi cabeza contra una mesa sobre la cual queda mi cuerpo desparramado. Entonces quitan la venda de mis ojos. Solo puedo ver imágenes desenfocadas y el reflejo de una luz que se mueve en un vaivén sobre mi cabeza. Luego levantan mi rostro. La inquieta luz me revela la identidad de uno de los policías. Me está acusando de una serie de delitos, de actos atroces e inmorales. Amenaza con romper uno a uno mis huesos o arrancarme las orejas si no le digo lo que quiere. Pretende que me confiese culpable, pero soy inocente, ¡lo juro! ¡Soy inocente!, ¡inocente! ¡Inocente![i] Ese es el sueño recurrente, lo tengo cada noche, una y otra vez ¿me estoy volviendo loco? Doctor, usted tiene que ayudarme. Yo soy un hombre tranquilo. Sólo pienso en mis asuntos, hasta estoy escribiendo una novela. Sí, una novela. Mi hermano es el personaje principal. Claro que él no lo sabe. Si lo supiera me mataría pero no hay alternativa, tengo que buscar inspiración en lo que está a mi alcance. Yo casi no salgo de mi habitación, no tengo amigos, ni novia, ni nada. ¿Qué podría contar sobre mí? En cambio, él siempre se está metiéndo en líos y, aunque no nos llevamos bien, yo siempre me entero de sus andanzas. De ahí que tengo mucho material para contar en mi novela.[ii] Bueno, como le dije, mi hermano y yo somos muy diferentes. Desde que éramos niños. Yo siempre tranquilo, responsable, honesto, en fin. Por el contrario, él era un niño inquieto y malcriado. Un engreído acostumbrado a salirse con la suya. Aún recuerdo cuántas veces recibí castigos por su culpa. Me acuerdo cuando teníamos ocho años.[iii] Toda la familia fue invitada a una fiesta en casa de unos vecinos. Ellos tenían una hija de la edad de mi hermano por lo cual nos fuimos a jugar a su cuarto mientras los adultos se divertían en la sala. En la habitación había una mesita con pequeñas tazas, una cocina de juguete, un paraguas y una muñeca en un cochecito de bebé. Recuerdo que mi hermano le propuso que jugaran al papá y a la mamá. Entonces él llegaba cansado del trabajo y dejaba su paraguas colgado en la puerta de la habitación mientras ella lo recibía con un abrazo y lo invitaba a sentarse a la mesa. Le servía una deliciosa cena que le había preparado con ensalada, crema de cebolla y un filete especial hecho con plastilina. Luego tomaban juntos el té, entrelazando sus manos bajo la mesa como si algún adulto los estuviera mirando. Entonces llegaba la hora de dormir[iv] y juntos se iban a la cama cubierta con un hermoso edredón rosado. Mi hermano le dijo que los esposos deben quitarse la ropa antes de dormir, pues, para eso se habían casado. Ella aceptó sin reparos. Se quitaron sus prendas, se metieron en la cama y se abrazaron. Cuando despertaron, los padres de la niña, que habían entrado súbitamente a la habitación, hicieron un escándalo y la culpa de todo cayó sobre mí, pues, mi hermano logró inculparme antes de desaparecer del lugar. Entonces me llevaron hacia donde estaban mis padres. Me regañaron frente a todos los invitados. Sentí como me señalaban y se burlaban. Fue una gran humillación. Un momento tan vergonzoso que jamás olvidaré[v] Lo ve doctor, esa es la relación que tengo con mi hermano. Siempre pagando sus culpas, recibiendo sus castigos. Son tantas las cosas que él ha hecho y que yo he tenido que pagar, que me pasaría el día entero contándole.[vi] Bien doctor, dígame, ¿cómo curar mis pesadillas?


[i] El doctor trata de calmar a su paciente mientras toma nota de lo que le ha dicho.
[ii] El doctor le pide al paciente que hable más a cerca de la relación con su hermano.
[iii] El doctor sale del consultorio sin que el paciente se de cuenta.
[iv] El doctor vuelve sigilosamente, masticando aún el último pedazo de hamburguesa, y se sienta sin causar interrupción.
[v] El doctor le pide a su asistente que le traiga la carpeta con los datos del paciente.
[vi] El doctor revisa el historial del paciente y descubre que es hijo único.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Está super chévere. Muy buena idea. De los tuyos es uno de los que más me ha gustado, porque como dijo Solange es muy cinematográfico. Es buenísima la parte en que el doctor sale y uno se desespera porque el tipo está hablando solo y luego el doctor regresa másticando el último pedazo de hamburguesa. Lo máximo =)

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